El 2011 ha sido un año de euforia digital, de relaciones y revoluciones, pero sobre todo el año de las personas, y no sólo porque la revista 'Times' nombre personaje del año a 'The protester' sino, porque las redes sociales han dejado de ser un espacio para la frivolización y la diversión y han dado un paso más, conectando a personas, sus problemas, miedos e ilusiones.
Portada de la revista 'Times' para el personaje del año. Fuente: periodismohumano.com
El año empezaba con la eclosión de la 'Primavera Árabe' cuya propagación habría sido imposible sin internet. Cientos de ciudadanos en Tunez, Egipto, Marruecos, Libia o Siria, protagonizan manifestaciones masivas y acampadas en plazas para exigir que sus gobiernos sean elegidos democráticamente.
Plaza Tahrir o de la Liberación. El Cairo, 25 de enero. Fuente: periodismohumano.org
Unos meses más tarde el movimiento 15M estalla en España, como producto del descontento social y la desconfianza generalizada en la clase política. El 15 de mayo tienen lugar en más de 60 ciudades una serie de manifestaciones y protestas pacíficas que exigen una 'Democracia Real Ya'. Jóvenes (y no tan jóvenes) vuelven a utilizar la red como medio para articular las protestas en España y encienden una mecha que se extiende por todo el mundo. De modo que, el 15 de octubre, a nivel internacional vuelven a reproducirse manifestaciones caracterizadas por el descontento social de la ciudadanía frente a la gestión de la crisis económica, esta vez bajo el lema 'United for a Global Change' en más de 1.000 ciudades de 80 países.
Plaza del Sol. Madrid, 15 de octubre. Fuente: todoporhacer.org
Las redes sociales, con Twitter a la cabeza han servido como catalizador para protestas mundiales. Esta red ha abierto una nueva vía al despertar del debate político: en 2011 hemos podido ver como los gabinetes de comunicación, e incluso los propios candidatos políticos a la presidencia de España la utilizaban para desarrollar su campaña electoral, no obstante, se veían obligados a “devolver la pelota de su tejado” y tenían que responder las sugerencias y cuestiones planteadas por los ciudadanos, así que han debido pelear los votos, lejos de los baños de masas de los mítines electorales a los que acostumbraban.
Twittometro del diario Público.es
El 2011 ha sido el año de los community managers, de los content curators, el año de la profesionalización de la conversación, del triunfo del 'Manifiesto Cluetrain'. El marketing tradicional no tiene cabida en la red en la que los más importante es la conversación y las personas que hay detrás de esas opiniones. Las empresas y corporaciones encuentran en la humanidad y el sentido del humor la clave de su éxito. Y si hemos de hablar de predicciones para el próximo año, los expertos continúan siguiendo la línea del 2011 apostando por la geolocalización, el social media intelligence, el ecommerce y el valor de las métricas basadas en la influencia dentro de las redes.
Personalmente, creo que el 2012 será también el año del crowdfunding, de la colaboración y del surgimiento de nuevos modelos de trabajo que sean eficaces en el contexto de la crisis económica en que nos encontramos. Plataformas como Goteo.org han contribuido a que proyectos interesantísimos como #Bookcamping puedan desarrollarse gracias a la colaboración de gente como tú y como yo, que aportan su pequeño granito de arena.
#bookcamping es un proyecto de cultura libre, una comunidad en torno a una biblioteca abierta y colaborativa
El crowdfunding puede ser la vía para que muchos proyectos puedan emprenderse en la red, sobre todo en materia de cultura, un sector que está sufriendo mucho por su dependencia de las subvenciones estatales y a pesar de ser un pilar fundamental para el crecimiento de nuestro país. Si algo caracteriza a España a nivel internacional es su riqueza cultural, es un potencial que no debemos desperdiciar, ya que puede contribuir mucho a mejorar la situación en el país. Solo nos queda esperar a ver que nos deparará este nuevo año... Se aceptan apuestas.
Periodismo 2.0 : Guía de alfabetización digital escrito por Mark Briggs tiene mucho en común con las lecturas anteriores: Cómo escribir para la Web y Herramientas Digitales para periodistas. Es otra guía como el propio autor indica en el subtítulo “para sobrevivir y prosperar en la era de la información”. Más que centrarse en el estilo y lenguajes de redacción, el libro se ocupa de mostrar diferentes herramientas de software, como lo hace Sandra Crucianelli. Además, destaca la importancia de los nuevos aparatos electrónicos para el periodista.
El tono de Mark Briggs es muy entusiasta, en cuanto a los efectos de las nuevas tecnologías al mundo del periodismo, y anima a los periodistas a emplearlas y no desconfiar de ellas. De hecho, al final de cada capítulo indica una serie de tareas para formar parte de la “revolución” tecnológica. El libro comienza explicando desde cero el funcionamiento de Internet y cuando llegamos al final somos capaces de realizar un proyecto multimedia. Nos introduce en el mundo de las nuevas tecnologías desde cero, explicándonos el funcionamiento de Internet y de la Word Wide Web, fórmulas básicas para la navegación, la mensajería instantánea y la sindicación de Web. Continuamos la andadura conociendo las herramientas más populares de la Web social o 2.0: Wikipedia, Youtube, Flickr o Myspace y familiarizándonos con el etiquetado y las folksonomías.
Una vez superadas las tareas de iniciación al funcionamiento de la red como son el uso de mensajería instantánea, la suscripción a canales RSS, el envio archivos, el etiquetado social, etc. subimos al peldaño de la edición periodística online.
Son muchas las diferencias entre el periodismo tradicional y el periodismo en Internet. Mark Briggs nos recomienda “trascender la retórica y abrazar la tecnología y la transparencia” para ser buenos periodistas online. Además, es imprescindible que utilicemos todos los recursos y herramientas 2.0 disponibles para facilitar la labor de investigación y edición. Hay medios digitales que incorporan este tipo de mecanismos para facilitar la labor de sus periodistas y redactores, haciendo una férrea defensa del Crowdsourcing.
No sólo la colaboración, el fenómeno blogger ha supuesto un aumento de la actividad periodística en la red, y de nuevas formas de hacer periodismo, tanto personas ajenas al mundo del periodismo como profesionales de los medios los utilizan a diario como medio de divulgación de información. Así, las fórmulas periodísticas en la red se transforman, el lenguaje del blog, y de los medio digital en general es mucho más vivo y fuerte. A esto hay que añadir el feedback generado gracias a mecanismos que permiten la interactividad y la participación de los lectores, que puede eclosionar en un diálogo fructífero y por supuesto, las ventajas multimedia que nos ayudan a ilustrar nuestros textos con vídeos y fotografías.
Dentro del periodismo, incluida su vertiente digital, no todo es fruto de la improvisación. Los reportajes deben ser trabajados y elaborados concienzudamente, y más al trabajar los formatos indicados. Por ello, el último punto para desarrollar un buen proyecto multimedia es la elaboración de un libreto, que es una especie de guión sobre el que apoyarse en el transcurso de la entrevista.
En definitiva, el libro de Mark Briggs es una elaborada defensa de la implantación de las tecnologías en el mundo del periodismo. Y nos dice que la principal habilidad del periodista es "Pensar en digital". Los cambios siempre asustan, pero lo cierto es que gracias a las nuevas tecnologías hoy por hoy podemos comunicarnos de forma inmediata con cualquier parte del mundo. Realmente, esta máxima deberíamos extrapolarla a cualquier tipo de actividad y trasladarla a la red, tomando como punto de partida las recomendaciones aportadas en estas lecturas podemos empezar a "Pensar en Digital".
El libro “Herramientas digitales para periodistas” es un manual para el periodista digital, escrito por la periodista Sandra Crucianelli. En él se enseñan cantidad de instrumentos que ayudan al desempeño de la labor investigadora en Internet. Aunque esté escrito desde una perspectiva periodística, su utilidad puede extrapolarse este ámbito y extenderse a cualquiera que tenga interés en conocer los entresijos de Internet, y exprimir todo el jugo de la información en la red. Otro punto por el que la lectura de este manual es altamente recomendable es el lenguaje, al centrarse en las herramientas digitales, son numerosos los tecnicismos relacionados con el mundo informático, que al emplear un estilo similar al del blog, hace que su lectura sea ágil y amena.
Puesto que es fácil perderse en la red, comenzamos hablando del searching, técnica para hallar información eficazmente empleando herramientas como buscadores, directorios, metabuscadores, buscadores semánticos. Otra herramienta muy útil que aparece en este libro, es la Way Back Machine de Archive para reccuperar una página que ha sido actualizada o eliminada.
Otro apartado son los marcadores sociales para organizar la información que hemos encontrado y volver a acceder a ella cuantas veces necesitemos. Éstos “permiten almacenar links en un sitio web” que pueden ser compartidos con otras personas. De los citados, hay que destacar Delicious como el marcador social más popular.
La importancia que las redes sociales han adquirido, ha incidido en el desarrollo del periodismo digital, siendo empleadas por muchos periodistas como medio de difusión de su labor. La propia autora afirma tener más seguidores en su página personal de Facebook que en la página de Solo Local en la red social. El fomento de la participación es un aliciente para los periodistas, que encuentran es estos espacios un lugar en el que compartir experiencias son sus lectores. Crucianelli hace una mención especial a la otra red de moda, Twitter con un extenso apartado con trucos sobre su funcionamiento. Otro mecanismo digital de gran utilidad es la sindicación web o RSS, similar a las listas de distribución, pero empleando un agregador de noticias.
La opción del trabajo en red facilita a diferentes periodistas la posibilidad de trabajar sobre un mismo documento desde diferentes lugares. El programa por excelencia para ello es Google Docs. Uno de los problemas a los que solemos enfrentarnos las personas de “letras” es el abismo de las matemáticas. Existen una gran cantidad de herramientas en línea que pueden ayudarnos como Math.
Los blogs son las herramientas por excelencia los periodistas emplean para difundir sus primicias. Existen varios espacios gratuitos para la creación de blogs como Blogger o Word Press son muy populares y con un sencillo manejo. Sandra Crucianelli nos cuenta numerosos trucos para mejorar el desarrollo y apariencia de nuestro blog (inclusión de mosaicos, documentos en línea, galerías fotográficas, así como configurar las alertas de temas específicos, generadores de gráficos, tablas y cartografía…).
Finalmente, a modo de conclusión, hay que destacar la comparativa que la autora realiza entre los nuevos medios de comunicación y los tradicionales, donde el “Periodismo Ciudadano” y el fenómeno blogger está modificando paulatinamente el mundo de las comunicaciones, pasando de un modelo de comunicación unidireccional de los medios de comunicación de masas al modelo multidireccional en red, dónde los lectores pueden interactuar con los periodistas y participar en el proceso comunicativo de forma directa. No quiere decir con ello que se menosprecie la tarea del periodista, sólo que los nuevos medios facilitan de manera notable la labor periodística, como por ejemplo la hiperlocalización o la inmediatez de la noticia prácticamente publicada a tiempo real.
Los nuevos periodistas se muestran mucho más cercanos, más humanos, si cabe, gracias a la web 2.0. Por último, esta situación impulsa un panorama esperanzador para los jóvenes implicados en el mundo de la comunicación al generarse nuevos perfiles profesionales ceñidos al ámbito de la información y las nuevas tecnologías: Social Media Editor, Community Manager, Reportero Multimedia...
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